domingo, 26 de enero de 2014

Vivir el pasado

Los edificios antiguos de la ciudad de Mérida, capital del estado de Yucatán, se están desvaneciendo con el paso del tiempo. Es común este deterioro en las construcciones antiguas, sin embargo lo inquietante está en el porqué. Las causas son varias. Por un lado se entiende el deterioro como consecuencia del transcurrir de los años, el uso que haya tenido, la falta de mantenimiento de los propietarios, las condiciones climatológicas, y unos cuantos pretextos más.
Curiosamente eso no parece ocurrir con las grandes maravillas del mundo. Grandes monumentos arquitectónicos aún con sus elementos artísticos intactos, como si el pasar de los años les favoreciera. La pregunta es ¿porqué no ocurre lo mismo con las antiguas casas de la ciudad de Mérida, testigos ancestrales de una historia de colonización importante?

Al menos en el contexto en el que se habla, el único culpable del deterioro son las instituciones de gobierno encargadas de velar por el patrimonio cultural e histórico de la localidad. Para el que no ha comprendido, describo específicamente al INAH, cuyas siglas significa Instituto Nacional de Antropología e Historia. Seré específico en la situación.

En la actualidad, los arquitectos y profesionales del ramo se han interesado en la restauración de estas antiguas casonas. Tanto que muchos han ido a prepararse formalmente a otros países que han desarrollado las técnicas adecuadas para llevar a cabo una buena restauración. Sin embargo, pocos son los que han podido hacer uso de sus estudios. La institución antes mencionada, frena con trámites los proyectos de restauración y remodelación, bajo el pretexto de ser los únicos en determinar y tomar decisiones en favor de su conservación. Distintas agrupaciones se han dado cuenta de este hecho y han alzado la voz con la intención de hacer conciencia. Para mayor credibilidad visite http://yucatan.com.mx/merida/gobierno-merida/urge-valorar-una-riqueza-patrimonial 

Pero ¿porqué esperar a que alguna institución nos de el permiso para salvar nuestro patrimonio? Pues bien, hay que ir en busca de soluciones creativas a este problema. Buscar evadir las absurdas reglas que no producen y por el contrario, entorpecen las acciones en pro de una mejor imagen como ciudad. Exhorto a toda persona que sea propietaria de un bien inmueble que tenga el mismo problema, que exprese su conformidad, que la de a conocer de manera creativa, que luche en beneficio de su propio patrimonio.

Croquis de propuesta artística para edificios en deterioro

Una propuesta que se me ha ocurrido, podría ser el rescatar el volumen arquitectónico a través de los vértices delimitados por medio de hilos, cordeles o sogas. De esta forma no se interviene físicamente en el edificio y la imagen crea conciencia de lo que está ocurriendo. No oculta el problema y sí propone claramente la solución.

Otra idea puede ser iluminar con luz indirecta los interiores de algún edificio en ruinas, resaltando su deterioro y volviéndolo un atractivo visual. Probablemente al darse cuenta del potencial que poseen, de manera natural y espontánea, paulatinamente se le de uso de nuevo.

domingo, 19 de enero de 2014

Hilo negro

Cuando uno como diseñador crea su propio estilo, ha pasado por un proceso de crecimiento creativo. La formación define nuestra línea como creativos y a veces determina nuestros propios alcances. Pero en algunas ocasiones los formadores (docentes, profesionales, o personas que nos guían) he sabido repiten una frase muy interesante: "no inventes el hilo negro".

El significado de esta frase es sin duda para nosotros (me incluyo) como el muro de contención que muchas veces desalienta a la persona que intenta incansablemente descifrar o proponer algo innovador. "No inventes el hilo negro!" Te dice el profesor, "eso ya existe, mejor úsalo y dale otro significado".

En ocasiones, bajo este argumento he visto como proyectos se han "fusilado", producto de una mente que ha chocado con este muro de contención. El orgullo triunfó entonces sobre la perseverancia, y es así como hemos perdido a un gran artista, ingeniero, arquitecto, músico, etc.

Por otro lado, el muro de contención se ha convertido en un gran escalón trepado por muchas personas excepcionales que ha cambiado y mejorado al mundo.

Actualmente estoy unos pasos de concluir la carrera de arquitectura. El hambre de mundo es sin duda uno de los sentimientos que más asalta me mi mente. Me hace fuerte, pero también vulnerable. Fuerte porque se vuelve mi impulso por querer siempre un cambio, querer siempre hacer algo nuevo, buscar esa mágica forma perfecta soñada, buscar la satisfacción de mi usuario, solucionar aquella problemática con solo un lápiz y un papel...Y vulnerable porque gracias a ese hambre, quedaré siempre a la merced de un conformista que ha chocado con el muro de contención, que en vez de querer cambiar el mundo con sus propios ideales y por sus propios méritos utilizará mi creatividad... Será sólo el comerciante de mis ideas.

El mundo estará lleno de éstas personas, pero eso no detendrá que busque inventar el famoso "hilo negro". Dondequiera que mi idea llegue, mi marca estará en lo más profundo he indeleble de su origen.

Agradeceré después de todo, que algún alma creativa haya sido inspirada por alguna de mis ideas, aún cuando el resultado no tenga a lo mejor mi marca personal. Trataré de superar en la medida de lo posible, ese miedo que nunca dejó de ahorcar mi alma, el miedo a contar mis ideas. Porque el verdadero valor de las ideas no está en lo importantes que sean, sino en la utilidad que éstas puedan aportar. Creo que de esta forma la sociedad estará agradecida.

Y termino con una frase de Winston Churchill.

"El problema de nuestra época consiste en que sus hombres no quieren ser útiles sino importantes".